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LA NOMINA, EL CLIENTELISMO Y LA MAFIA QUE HA DESMONTADO CEARA HATTON

En el día de ayer, tras unas declaraciones del ministro de Medio Ambiente Miguel Ceara Hatton, sobre que un destacado periodista tenía una nómina de más de un millón de pesos en MIMARENA, es importante conocer algunos elementos básicos de esa operación clientelar, contraria a toda actuación licita y de buena administración pública, que ha tenido que enfrentar el amigo Miguel Ceara.
La denuncia que hace el ilustre ministro era algo ya denunciado por el jurista y comunicador Manuel Miranda, en su canal de YouTube , hace seis meses bajo el título “Guillermo Gómez se come a Ceara Hatton, por botellas”, donde el insigne abogado francomacorisano, advertía que las publicaciones en redes sociales de Guillermo Gómez, era fruto a de la visión institucional y los valores impulsados en la nueva gestión de medio ambiente, amigos y familiares que cobraban sin trabajar, fueron desvinculados.
En su intervención en el día don miguel Ceara en ningún momento dijo que Guillermo Gómez, cobraba un millón de pesos, sino que señalo que un periodista de programa dominicana tenía una nómina de un millón de pesos, en ese sentido paso a explicar cómo es que operan esas mafias que han sido enfrentadas y han provocado una campaña descarnada contra el mencionado ministro.

Las mafias a lo interno de instituciones como las que se han desmontado en MIMARENA, va más allá de permisos, porcentajes en compras, etc. sino que incluye actividades clientelares, o sea favorecer, sin la debida justificación, a determinadas personas, para lograr su apoyo. Cabe preguntar ¿qué es tener una nómina?, esto consiste no en que una persona cobra determinado dinero sino que tiene vinculado o sea cobrando un conjunto de personas cobrando sin trabajar (botellas) y recibiendo todos los beneficios (salario de navidad seguro, etc.), pero esa no es una práctica de ahora ya que para el 2008, la periodista Nuria Piera, denuncio la existencias de nóminas parecidas a las que tenía el periodista dominical, llamada “nominillas y CB”, nóminas que pudieron ser comprobadas suman más de RD$ 60 millones mensuales.
Lo interesante es que Miguel Ceara no identifico el periodista dominical, pero rápidamente la sociedad dominicana, revelo quien era al punto que el mismo Guillermo Gómez, llamo a un programa matutino a defenderse, pero sin negar que tenía una nómina, opto por insultar al denunciante.
Pero lo de Guillermo Gómez, no es de ahora, en el 2006, el abogado Nolberto Rondón, en un sano ejercicio de empoderamiento ciudadano lo sometió a la justicia por lavado de activos, por tener 15 certificados de inversión en el Banco Intercontinental (Baninter), por un valor ascendente a 10 millones de dólares, sin poder explicar su procedencia, por lo que en su momento un juez ordenó La congelación de esos certificados p una garantía económica de RD$5 millones y presentarse el último día de cada mes ante la Fiscalía del Distrito Nacional.
Apostamos `por un país ajeno de corrupción clientelar y corporativa, por eso en hora buena que Miguel Ceara Hatton, eliminara todas esas botellas entre ellas la nómina de Guillermo Gómez