La peligrosa ruta que siguen dominicanos para llegar a EEUU

 La peligrosa ruta que siguen dominicanos para llegar a EEUU

“La vuelta es México”, es una de las frases más populares que utilizan los inmigrantes dominicanos al contar su travesía para llegar a los Estados Unidos y cumplir lo que ellos llaman “el sueño americano”.

Cada vez son más frecuentes las historias de dominicanos que tratan de llegar al país norteamericano de manera irregular usando como puente las fronteras de Guatemala y México.

La odisea de estos inmigrantes criollos ha sido contada por ellos mismos a través de las redes sociales, especialmente en TikTok, donde publican varios videos mostrando el mapa de ruta que recorren para cruzar hacia territorio estadounidense e incluso cuentan parte de su experiencia.

“Aquí estamos desde las dos de la mañana haciendo fila, sin desayunarnos, para montarnos en esta yolita”, decía Manuel (nombre ficticio), un dominicano en uno de estos audiovisuales donde se le observa junto a un grupo de compatriotas mientras atravesaban la selva panameña El Darién rumbo a EEUU.

En esta selva, inmigrantes dominicanos y de otras nacionalidades se arriesgan a morir ahogados o arrastrados por los caudalosos ríos.

Los que han llegado a su destino “con éxito”, han optado por dar recomendaciones en videos que no tardan en viralizarse para aquellos que tienen la intención de inmigrar.

No llevar mucho equipaje ni documentos, llevar caramelos, sueros en polvo, energizantes, atún, pan y tortillas para el camino son algunas de las sugerencias que hacen los inmigrantes en TikTok.

Estos viajes ilegales, los cuales se han vuelto una tendencia en los últimos meses, tienen como motivación en la mayoría de los casos el factor económico.

Luego de que Listín Diario rastreara un grupo de inmigrantes que decidió publicar su proceso de viaje en TikTok, se conocieron las múltiples dificultades que atraviesan quienes deciden emprender su trayecto rumbo al norte de América.

Hambre, frío, riesgos de muerte y estafa, son algunas de las penurias que marcaron el viaje de Pedro (nombre ficticio), un hombre dominicano que decidió contar su historia a periodistas de este medio.

A sus 28 años, Pedro es padre de dos criaturas de seis y dos años que residen en el territorio nacional, era militar activo del Ejército Dominicano y aun así decidió marcharse con su segundo matrimonio a Chile para llegar a su objetivo, EEUU.

“Hace como ocho meses arranqué para Chile ilegal. Pasé Colombia, Ecuador, Perú, Costa Rica y ahí llegué a Chile”, empezó diciendo. “Por todo me tomó 10 días, llegué a Chile, empecé a hacer mis trámites para conseguir papeles, no nos querían dar los papeles, mi mamá estaba allá, ella es ciudadana chilena, me puse a trabajar en el negocio de ella, lo administré, después de ahí vi que todos se estaban yendo para Estados Unidos y le dije a mi esposa que teníamos los ahorros suficientes que ya nos fuéramos”, añadió.

Trabajando en el negocio de comida de su madre, Pedro y su cónyugue reunieron dos mil dólares, dinero con el que cruzaron ríos, selvas, fronteras y ciudades. 

Según sus declaraciones, los jóvenes dominicanos se fueron a Colombia y en un autobús que les cobró 20 dólares, a cada uno, llegaron a Necoclí, un municipio del referido país. Luego tomaron una lancha rápida para entrar a la selva de Darién, uno de los trayectos que Pedro asegura haber sido el “más complicado”. 

En esa lancha había dominicanos, chinos, Ecuatorianos, de todos los países. Nos cobraron a mí y a mi esposa, 500 dólares, a ella 250 y a mí 250, ellos te ponen un guía, pero el guía no te guía nada, él va y te deja en la frontera de Panamá, o sea, te deja en la selva botao’”, narró Pedro.

Ambos se habían preparado para atravesar la selva de Darin, pero en uno de los cuatro días que duraron en el bosque colombiano la esposa de Pedro se estaba hundiendo en las aguas del río y para poder salvarla, Pedro contó que soltó todo y le dio la mano.

Mi esposa y yo perdimos todo porque ella se me cayó en el río y se me estaba ahogando y yo me tiré a buscarla y se perdieron los documentos, los pasaportes, lo de picar (comida), pero yo le dije no importa que se perdiera nada de eso, vamos a seguir con dios para adelante”, describió el inmigrante.

En esta parte del trayecto rumbo a los Estados Unidos, Pedro y su esposa vieron cómo otros inmigrantes se quedaban en la marcha, por hambre. Asimismo, según su testimonio, contaron unos ocho muertos que bollaban en las aguas del río.

Cuando lograron cruzar la selva, llegaron a Panamá, donde fueron recibidos por militares que los retuvieron hasta ver “que todo estaba en orden” y partieron a comprar boletos de bus para seguir su camino por Centroamérica.

“Llegamos a Panamá, ahí te reciben los militares, ellos te dan comida, te tratan bien. Después los militares te tienen ahí como por 24 horas, cuando el sistema ve que tú no tienes problemas en tu país, ahí te sueltan, luego vas, compras un boleto por 40 dólares, después de ahí uno arranca en el bus y te deja en la frontera de Costa Rica”, describió Pedro.

De Costa Rica, su siguiente paso fue caminar unos dos días para conseguir un permiso que les facilitara la entrada a Guatemala.

“En Costa Rica buscamos un permiso para cruzar a Guatemala, eso te lo dan gratis, cuando nos dan el permiso, cruzamos a Guatemala, pero en el monte de Guatemala, no en lo claro”, comentó el joven.

Una vez en Guatemala duraron tres días durmiendo donde les cayera la noche. Al tercer día debieron pagar 40 dólares por cada uno, a pesar de ser un viaje no mayor de 15 minutos que los dejó en la frontera de México. Se montaron en una lancha para llegar a Ciudad de México, otro de los trayectos que Pedro considera “más complicado”.

“Llegamos Ciudad de México, lo más difícil, porque ahí no se coge dinero como dicen muchos, lo que hay es que cuidarse porque hay muchos taxistas que están combinados con el cartel, te montan en el taxi y te secuestran y te llevan para el cartel, llaman a tu familia y te cobran 3000, 2000 dólares por cada uno”, explicó Pedro.

Agregó que de México tomaron un minibús con destino a San Pedro, la costa de ese país, por este transporte pagaron 80 dólares cada uno. 

Una vez en la frontera de Estados Unidos, les tomaron la huella, capturan una foto, le retienen las pertenencias, les quitan la ropa, y los dejan ahí unas tres horas si no ven inconvenientes como fue el caso de Pedro.

A pesar de haber recorrido 12 países y de exponer su vida y la de su esposa, aunque actualmente trabaja en un almacén en New York, el inmigrante exhorta a quienes tengan intención de seguir sus pasos a hacerlo como él lo realizó.

“Allá (República Dominicana) nadie te da el apoyo que tu necesitas, por eso a las personas yo les exhorto, que el que quiera venir que venga, pero que no confíe en nadie, porque aquí no hay amigo”, dijo.

Oportunidades legales de los inmigrantes

Según Yudith Féliz, abogada experta en asuntos migratorios, los dominicanos se lanzan a este arriesgado trayecto persiguiendo el famoso “sueño americano”, sin medir las consecuencias que esto les podría acarrear en el futuro.

“El principal motivo para este desorden de inmigrantes dominicanos que han tomado la pésima decisión de irse de manera ilegal a Estados Unidos es el motivo económico, buscando una mejoría de vida, detrás del sueño americano”, dijo.  

Agregó que, por desconocimiento o por una ignorancia generalizada con respecto a los temas migratorios, los dominicanos “no se imaginan lo que les espera en ese camino terrorífico por la selva”.

La jurista explicó que los inmigrantes tampoco vislumbran lo difícil que les resultará más adelante regularizarse en los Estados Unidos cuando se ingresa de manera ilegal y la cantidad de dinero que deberán gastar para poder normalizar su estatus.

“La gente no sabe que aun casándose con un ciudadano norteamericano tiene que demostrar que la relación es real, tiene que pedir un perdón y luego de eso tiene que regresar a su país de origen para solicitar la visa y si hay un fallo en cualquiera de los procedimientos se quedan aquí (República Dominicana) como castigo por diez años”, indicó Féliz.

Otra ruta: Guatemala

Una de las rutas irregulares de los inmigrantes inicia en Guatemala, nación que, desde el año 2017, los dominicanos no requieren de visado para ingresar.

Los requisitos que deben cumplir para ingresar al país centroamericano son: pasaporte vigente, realización de una entrevista y demostración de solvencia económica.

También deben presentar la reservación de hotel o constancia del lugar donde se alojará durante su estadía en el país y presentar el boleto de regreso que garantice su salida.

“Tenemos exención de visado y vuelos directos para Guatemala y allá está la mafia… en ese país hay una mafia completa, te dejan pasar y de ahí emprendes la travesía por México”, sostuvo, la abogada.

La frontera México-estadounidense

La abogada compartió con periodistas de Listín Diario el testimonio de una de sus clientas, cuya identidad se hace reserva, la cual fue abusada por coyotes que trafican inmigrantes en la frontera de México con Estados Unidos.

“Tengo el testimonio de una mis clientas, una mujer que se fue ilegal hace cuatro meses y que fue violada por tres coyotes, ella pagó 500 mil pesos para que la ayudaran a pasar y cuando llamaron a la familia para pedirles más dinero y ellos le dijeron que no tenían más, la obligaron a ser ‘mula’ transportando droga por la frontera”, relató.

Según la jurista, este tipo de historias desgarradoras son la otra cara de la moneda de esos viajes, la otra peligrosa realidad que miles de dominicanos desconocen.

¿Qué pasa cuando llegan a EEUU?

“Con el título 42, un acápite de la ley de inmigración norteamericana, se le permite a las personas que pasan por la frontera, una vez son detenidas, que alguien se haga responsable de ellos, ya sea residente o ciudadano, se paga una multa y entonces los dejan salir”, explicó.

Sin embargo, las posibilidades de regularizarse son muy pocas. “Se puede, pero es complicado, difícil y costosísimo, costaría casi 30 mil dólares”, agregó.

Educación

Para la especialista en temas migratorios, el Gobierno dominicano tiene la responsabilidad de educar al pueblo con relación a la migración ilegal y sus consecuencias.

“Nosotros tenemos un 4% para la educación, yo entiendo que el Estado debería dedicar parte de ese presupuesto a la educación migratoria, no puede ser que la gente siga pagando decenas de miles de dólares para llegar a otro país arriesgando su vida”, expresó.

Luego de conversar con inmigrantes que hayan atravesado la ruta de Centroamérica hasta los Estados Unidos, así como también dialogar con la experta en asuntos migratorios, residente en República Dominicana, del mismo modo este diario sostuvo una conversación con Nahaman Almonte, jurista migratorio que ejerce la abogacía en Estados Unidos.

Almonte explicó a periodistas de este diario que aquellos que deciden llegar a EEUU de manera ilegal no conocen las repercusiones que trae consigo esa travesía. 

“De un 100 % de dominicanos que se van de manera ilegal, el 99 % lo van a deportar en algún momento”, comentó el jurista.

Según el abogado, los inmigrantes se han creado una idea errónea con el hecho de estar en la capital del mundo, de manera irregular.

Para explicar su testimonio puso este ejemplo: “Vamos a suponer que se quedó en Estados Unidos y se casó con una ciudadana y ella hizo su petición, todo marcha muy bien, pero al momento de la entrevista con el cónsul a él lo van a mandar a la República Dominicana para que sea entrevistado en la embajada de la República Dominicana, que lo evalúen, lo entrevisten y si ellos consideran le dan la residencia, pero las probabilidades de que se puedan dar ese perdón es muy mínima”.

Posible solución 

Almonte detalló que una posible solución sería poner énfasis en el control de salida desde República Dominicana a Guatemala. Realizar preguntas contundentes podría determinar las verdaderas intenciones de quien quiere salir del país.

“Deben hacer preguntas como: ‘A qué quieres ir a Guatemala’, si su respuesta es hacer turismo, pues pídale la reserva de su hotel, cuales lugares conoce en Guatemala para hacer turismo (…) el asunto es demostrar que hará allá, porque nunca los dominicanos han querido hacer turismo en Guatemala y por qué ahora sí”, dijo Almonte.

Mafia

Un inmigrante que desconoce el país hacia donde se dirige, no puede completar su trayecto por todo Centroamérica estando solo.

A todo esto, el experto en leyes explicó que existen posibilidades de que haya una mafia controlando las fronteras de los países por los cuales deben atravesar.

“Debe existir, siempre ha existido, porque de qué manera puede un inmigrante hacer esa. Por ejemplo, una persona que nunca haya ido a la República Dominicana, cómo rayos puede llegar a Punta Cana y llegar de Punta Cana a Puerto Plata solo, sin ningún control, sin saber qué pasará en el camino”, narró Almonte.

Tomado de Listin Diario

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