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GLORIA MILITAR. A 58 años de la muerte del coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez
Hoy se cumplen 58 años de aquel día que el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez intentó junto a otros constitucionalistas tomar el Palacio Nacional mediante la denominada «Operación Lazo».
Ese 19 de mayo de 1965, el coronel Fernández Domínguez cayó asesinado junto a muchos de sus compañeros de lucha, lo que significó un duro golpe al movimiento constitucionalista.
Pese a que el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó suele ser la cara emblemática de la revuelta que buscaba reponer en la presidencia al profesor Juan Bosch, quien había sido derrocado el 25 de septiembre de 1963, fue Fernández Domínguez el verdadero ideólogo de la revuelta que cambiaría la historia del país.
El ideólogo de la revuelta
Meses antes de producirse el Golpe de Estado contra el presidente Bosch, el coronel Fernández Domínguez trató de organizar un movimiento de resistencia militar, pero sus deseos no pudieron materializarse y el golpe se produjo.
Como una forma de expulsarlo del país, el Triunvirato, gobierno que surgió luego de la asonada, lo nombró, como agregado militar en España, el 21 de octubre de 1963.
Desde el exterior se mantenía en contacto con sus compañeros de armas, escribiéndoles cartas y exhortándolos a seguir con los preparativos para un contragolpe.
En diciembre de 1964, logró un permiso para entrar al país por tres días y así poder contactar con varios oficiales amigos para su plan de restaurar el gobierno constitucional tronchado en septiembre de 1963.
A través de su primo Manuel de Jesús Rojas Fernández (Cucho), invitó al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó a participar en el movimiento que denominó “Movimiento Restaurador Democrático” y/o “Movimiento Enriquillo”.
Luego que Cucho le consiguiera una entrevista a su primo con Caamaño, los dos coroneles (Fernández y Caamaño) conversaron y llegaron a un acuerdo de restaurar la constitucionalidad del país. Al cumplirse los tres días de permanencia del exiliado coronel en la nación, fue conminado a salir del país como agregado militar en Chile.
Al enterarse del levantamiento militar que derrocó al Triunvirato el 24 de abril de 1965, de inmediato tomó un avión para regresar a la República Dominicana, lo que no pudo materializar porque el aeropuerto estaba cerrado por tropas del ejército dominicano opuestas al movimiento.
Después de varios intentos por ingresar al país, finalmente lo logró el 14 de mayo de ese mismo año, y el día 19 del mismo mes salió a combatir a las tropas interventoras que tenían bajo control el Palacio Nacional, hecho en el que murió entregando toda su valentía y amor por la libertad de esta nación. Y como bien él decía: “Solo tres cosas deseo en la vida; vivir con honor, luchar con amor y morir con valor. Ellas para ofrecérselas a mi patria”.
Otros de sus compañeros que cayeron en combate fueron Juan Miguel Román, Rafael Tomás Fernández Domínguez, Euclides Morillo, Illio Capocci, José Domínguez y Ramón Távarez.
Tomado de El Caribe