Dificultades para formar biólogos en RD: reclaman más apoyo institucional, gubernamental y empresarial
Santo Domingo, RD
El interés por el estudio de la Biología y sus especialidades se ha disparado en los últimos cuatro años en el país.
En la Escuela de Biología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), única institución que imparte la carrera, hay inscritos 400 estudiantes
Es un récord, dice su director, David Hernández Martich, que corrobora los esfuerzos que se hacen a nivel local para motivar la formación en carreras científicas.
Algunas situaciones, sin embargo, empañan este logro.
Pese a ser una de las carreras con más futuro en República Dominicana, la escuela encargada de formar a sus profesionales no recibe la atención que merece por parte de las autoridades académicas.
La historia de desalojo de las aulas y laboratorios de la Escuela de Biología es conocida en el ámbito universitario, al punto de que a sus estudiantes y profesores les llaman los nómadas y damnificados de la universidad estatal.
Hernández Martich aprovecha que se acerca el Día del Biólogo en República Dominicana (27 de septiembre) para pedir más atención y apoyo institucional, gubernamental y empresarial a una carrera que representa, comenta, el presente y el futuro del desarrollo del país.
No contar con una infraestructura fija ni equipos que les permitan ofrecer una docencia de calidad es frustrante porque frena las ideas y el interés de trabajar, admite el biólogo egresado de la UASD y doctor en Genética y Ecología de Poblaciones.
Con tres años y medio al frente de la escuela, señala que la crisis de infraestructura que siempre ha existido se ha agudizado.
“No tenemos la capacidad para acoger a todos los estudiantes que están llegando; no la tenemos y lo que están haciendo es achicándola. Es frustrante que las autoridades valoren tan poco la Escuela de Biología”.
A mediados de agosto pasado, durante el coloquio virtual de la Asociación de Profesores de la Facultad de Ciencias de la UASD, Hernández Martich denunció el desalojo del aula LM-204, la sala histórica donde comenzó a impartir clases el fenecido profesor Eugenio de Jesús Marcano en 1955 y que era usada como laboratorio para la cátedra de Botánica mucho antes de que existiera la Escuela de Biología.
“Teníamos solo tres laboratorios para impartir las asignaturas de las carreras de las escuelas de Biología, Microbiología y Parasitología, Educación Media, Agronomía, Farmacia, Psicología y Geografía. Ahora nos dejaron solo dos porque la Rectoría decidió, sin previo aviso, desalojarnos para que la use la Facultad de Ciencias de la Salud”, se queja Hernández.
¿Y SI SE VAN?
Hace tres años, Hernández Martich explicaba a Listín Diario que en el país hacía falta profesionales en todas las áreas de la Biología.
“Hemos ido creciendo en número de estudiantes. Llegamos a 453 a principios de 2020, solamente de la licenciatura. Es un récord. Antes no teníamos grandes dificultades con las secciones porque la cantidad de estudiantes era mínima. Ahora tengo la presión de estudiantes que me dicen que hay que abrir más secciones y no tengo profesores especialistas ni tengo espacios”.
Su temor es que, debido a la falta de apoyo, los estudiantes terminen abandonando los estudios o cambiando de carrera.
“Se preocupan porque sienten que, si no pueden inscribir las asignaturas, les va a tomar mucho tiempo graduarse. Esa realidad se va agudizando a medida que pasa el tiempo y pueden ocurrir dos cosas: o los estudiantes se retiran o se cambian de carrera, y por tanto no vamos a tener -no tenemos- suficientes biólogos en el país como se está requiriendo”.
Hernández sostiene que el país necesita formar profesionales en áreas tradicionales y áreas novedosas de la Biología como la investigación científica (incluyendo estudios forenses e históricos), producción sostenible, salud humana (individual y pública), educación formal e informal (periodismo científico, divulgación en instituciones) y protección y uso sostenible de la biodiversidad, incluyendo gestión, políticas públicas y defensoría.
“Esto requiere más acciones de apoyo de la alta gerencia universitaria, el Estado y el sector privado. El producto científico, educativo y social de la Escuela de Biología beneficia a toda nuestra ciudadanía. Sin recursos naturales y ambiente saludable no puede haber desarrollo económico ni social”.
Pero resulta, como explica el profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Botánicas y Zoológicas (IIBZ), que la escuela también sirve a estudiantes en todos los recintos, centros y subcentros de la UASD en el país.
Solo en las secciones de asignaturas básicas asisten a unos 17,000 estudiantes por semestre en unas 850 secciones de teoría y laboratorio.
¿QUÉ SOLICITAN A LAS AUTORIDADES ACADÉMICAS?
De acuerdo con Hernández, para poder ampliar la cartera de oferta de planes de estudio y acoger a tantos estudiantes, así como facilitar que completen sus carreras a tiempo y con un nivel adecuado de calidad, hace falta mejorar y ampliar la infraestructura (“incluyendo, por supuesto, equipamiento adecuado y el pertinente suministro de reactivos y otros materiales”) y aumentar y diversificar la plantilla de profesores.
“Tenemos 65 profesores; pero menos de un tercio de éstos imparten asignaturas de carreras (que no son la Biología Básica). Aunque 34% de nuestros docentes han ingresado en nuestra gestión, también se han jubilado muchos profesores”.
EN PELIGRO
“A veces nos maltratan porque no somos como otros sectores. Los biólogos somos más discretos, más tímidos en eso de los reclamos”, opina la bióloga Yvonne Arias, directora ejecutiva del Grupo Jaragua y egresada de esta escuela.
La sostenibilidad de la carrera está en peligro, advierte Arias, porque se está desaprovechando el interés que está generando en estos momentos para formar buenos científicos.
OTRA CARRERA PENDIENTE
La Licenciatura en Biología Orientada a la Educación Secundaria fue aprobada hace dos años por el Consejo Universitario de la UASD y por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt).
Todavía, sin embargo, la universidad estatal no ha tomado la decisión de implementarla.
Esta licenciatura es importante, expresa Hernández, porque hace falta formar maestros para las escuelas con una base más sólida en el área de Biología.
“Y es muy importante justamente porque las necesidades que demanda la formación e incluir nuevos planes de estudio agrava todavía más la necesidad de espacio, de infraestructura y de equipos de la carrera, y ahí es donde digo que tenemos que preocuparnos no solamente por mantener la escuela, sino porque crezca en términos de oferta curricular”.
Un promedio de 10 profesionales egresan al año de la escuela.
Yvonne Arias considera que, de tener la oferta que demanda en estos momentos el mercado, no vendrían biólogos de fuera a ocupar “puestos nuestros”.
“En países con menos población que nosotros la cuota de biólogos es una cosa grande, tienen trabajo. No es que estudiaron Biología para no saber qué hacer, porque ese es otro tema: cómo se valoriza un científico, un biólogo en la sociedad. Aquí se visualiza como que es un hobbie. No. Es una carrera que no es el futuro del desarrollo de los países, es el presente”, dice la coordinadora del Encuentro Verde de Listín Diario.
IMPRESIONES
Yvonne Arias: “La sostenibilidad de la carrera está en peligro. Esta cantidad de estudiantes, que para algunos países pudiera ser no significativa, para nosotros es un récord, en un área tan necesaria como el desarrollo de la Biología, un tema que se trabaja desde el recién nacido hasta el final de la vida; necesario para entender cómo funciona la genética, la naturaleza, qué es un virus, por qué tenemos pandemia. Un biólogo está formado para saber cómo funciona la naturaleza, los servicios ecosistémicos”.
David Hernández Martich: “La Biología es una disciplina científica indispensable para el desarrollo de nuestro país que necesita más atención pública y privada para que continúe con la formación de más y mejores profesionales. La sociedad debe prestar atención a esas dificultades que estamos teniendo para formar biólogos porque mientras menos biólogos tengamos -que ahora no tenemos suficientes, tenemos muy pocos-, vamos a ser menos competitivos”.