(REFLEXIONES DE LUIS TAVERAS).Para el martes 3 de noviembre se celebrarán las elecciones en los EEUU;

El escenario luce escalofriante para la reelección del presidente Donald Trump: la pandemia se recrudece, la economía empeora y desde el interior de los republicanos surgen alientos de desconcierto. Hasta el hoy han fallecidos 200,000 mil estadounidenses por causa del Covid-19, casi mil fallecimientos por dia; el curso de la economía actual solo es comparable con la depresión de 1929: más de 51 millones de ciudadanos han solicitado apoyo en el programa de desempleo; solo en el mes de septiembre pasaron a la pobreza extrema 8 millones; y como si esto fuera poco se han producido violentos enfrentamientos sociales cuyas génesis son problemas raciales. Y como si esto fuera poco, algunos senadores republicanos se están alejando de su candidato presidencial;Casi todas las encuestas dan como ganador al demócrata Joe Biden en algunos estados por estrechos márgenes. La mesa está pintada y decorada para que la Victoria sea de los demócratas. Pero!!!!ojo!!! Eso se decía hace 4 años y sin embargo los resultados no fueron los que se pronosticó; El presidente Trump está interpelado la ortodoxia tradicional y religiosa: La superioridad del sueño americano descansa en la raza Blanca y el conservadurismo religioso está haciendo causa común con su candidatura; por otro lado Joe Biden luce con un marcado sesgo frente a una juventud al que no logra encantar; En gran parte a eso debe en los últimos días el acortamiento de las ventajas demócratas frente a republicanos en las encuestas y sondeos de opinión publica; Merece una mención especial las adaptaciones de uno y otro en torno a China y a Rusia; los demócratas no deben descuidarse frente a un Donald Trump desafiante que aprovechara las posibles limitaciones de su candidato presidencial. América Latina debe darle seguimiento a esas elecciones porque probablemente el resultado electoral, junto a otros factores externos, podrían reconfigurar la correlación de fuerzas hacia la zona