Escándalo en Italia por los “cementerios de abortos”: organizaciones religiosas entierran a los fetos debajo de cruces con los nombres de sus madres

 Escándalo en Italia por los “cementerios de abortos”: organizaciones religiosas entierran a los fetos debajo de cruces con los nombres de sus madres

“No te preocupes aunque no te hayas apuntado para el entierro, el feto seguirá siendo enterrado por caridad: tendrá su lugar con una de sus cruces y lo encontrará con su nombre”, eso le dijeron al teléfono a Marta* una mujer en Roma, Italia, meses después de haber tenido que enfrentar un aborto terapéutico.

La historia conmocionó a todo el país después de que la mujer contara su caso por Facebook, en una publicación en la que compartía una foto del cementerio Flaminio, ubicado al suroeste de la ciudad, en la que se ve una cruz blanca encima de una tumba la cual lleva su nombre.

“Empiezo por escribir que esta no es mi tumba, sino la de mi hijo”, dice Marta en su publicación, que después de viralizarse motivó a que surgieran los casos de muchas otras mujeres que encontraron tumbas con sus nombres inscritos, en las que había enterrado los restos de sus embriones o fetos abortados.

“El campo en cuestión del cementerio Flaminio en Roma está lleno de cruces con nombres y apellidos femeninos”, concluye la mujer en su publicación.

En la historia de Marta el aborto se dio por motivos que complicaban la salud de la madre, y fue autorizado después de llenar en el hospital el papeleo correspondiente. Lo absurdo de la historia vino después, ya que esta mujer no solo tuvo que enfrentar la pérdida de su bebé, sino enterarse de la manera más sorpresiva y aberrante que alguien había reclamado sus restos, y los había enterrado con su nombre.

Esta práctica, que parece insólita, ha resultado ser una actividad regular de organizaciones ultracatólicas del país, definidas como “pro vida”, las cuales reclaman en los hospitales los fetos abortados y los entierran en cementerios italianos bajo el nombre de las mujeres que los concibieron.

Lo más sorprendente es que la práctica reviste de legalidad, ya que no viola las leyes italianas sobre los entierros, algo que destaca la periodista Sabina Pignataro en un artículo del blog La27esimaOra , del medio italiano Corriere De La Sera.

Allí, aparte de describir que la actividad es legal y encuentra “espacio en los pliegues de la legislación italiana”, precisa que dichas normas se aplican de manera desigual en las diferentes regiones y que debido a esa “falta de homogeneidad” puede ocurrir que en alguna región de Italia “el feto y embrión de una mujer, de cualquier credo y nacionalidad, que haya abortado voluntaria o espontáneamente, incluso con una edad gestacional inferior a 20 semanas, sea enterrado en un cementerio municipal (con o sin rito católico) sin que la mujer lo haya solicitado. Y sin que la mujer sea consciente de la existencia de una tumba que queda como presencia, como huella, de ese suceso”.

Mapa de cementerios, un problema de vieja data

Una de las investigaciones hechas sobre este tema la adelantó la periodista Jennifer Guerra, autora del libre “El Cuerpo Eléctrico”, ella se encargó de rastrear las denuncias que había sobre cementerios de fetos en toda Italia y encontró por lo menos 50 lugares donde hay este tipo de tumbas.

Como ya se dijo, el entierro como tal no constituye una violación a la ley, e incluso en algunos casos las propias autoridades municipales autorizan la existencia de estos “cementerios de los niños por nacer”, que son financiados con los recursos recaudados por estas asociaciones “pro vida”.

Cabe destacar que en la legislación Italia sobre el aborto, que fue legalizado a finales de la década del 70, diferencia entre aquellos que ocurren antes de las 20 semanas de la concepción, y los que ocurren después, una fina línea legal en la que se han basado los promotores de estos “cementerios de niños no nacidos”.

Según la política mortuoria italiana, los “productos abortivos”, como son literalmente llamados en la ley a los fetos y embriones abortados, deben ser enterrados de la semana 20 en adelante de su presunta vida intrauterina.

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