CON LA COMIDA NO SE JUEGA, MEJOR HAGAMOS LA PRESA.
La realidad de la situación frente al problema ocasionado por la voraz sed de agua de los haitianos cada día se torna más incomprendida desde el punto de vista de la negociación comercial, política o legal, partiendo de que el gobierno trata de lograr algún nivel de entendimiento sin encontrar con quien entenderse.
En Haití la población ha cercenado la vegetación y con estas acciones han desaparecido varios ríos poniendo en juego la existencia de 11 millones de mortales.
La construcción de una presa del lado dominicano bien podría servir como mecanismo regulador para suministrar agua a ambas partes si tener que llegar a secar el rio.
Otra pregunta que deberíamos hacernos los dominicanos es
¿Le importa a alguien en Haití la pobreza de sus ciudadanos?
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